La Iglesia universal celebra hoy la solemnidad del Corpus Christi, Día de la Caridad, y como tal, así se hará también en nuestra localidad. La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno se unirá a esta celebración y lo hará instalando un altar a las puertas de nuestra sede y participando en la Eucaristía interparroquial, que se iniciará a las 7 de la tarde en Santa Catalina, y posterior procesión a la que acudirá una representación de la Junta de Gobierno con bandera y báculos y a la que están invitados todos los Hermanos de Jesús.

Les traemos algunas de las reflexiones que nuestro Obispo, Mons. D. Demetrio Fernández, hace en su carta a los fieles de la diócesis con este motivo.

La fiesta del Corpus nos trae esa compañía tan consoladora de Jesucristo cercano, amigo, que recorre nuestro camino para acompañarnos, para que podamos compartir con él nuestras preocupaciones y podamos sentir el consuelo de un amigo que siempre está ahí.

En este sacramento, Jesús trae hasta nosotros su sacrificio realizado una vez para siempre. Lo que en el Calvario fue sacrificio cruento, en la Eucaristía es sacrifico incruento. Pero es el mismo y único sacrificio, que nos invita a nosotros a ofrecernos con Él, a hacer de nuestra vida una ofrenda permanente. La vida adquiere nuevo valor cuando es ofrecida con Jesucristo, nuestra vida se convierte en ofrenda de amor por la salvación del mundo entero. Para que esta ofrenda sea agradable a Dios, Dios mismo nos envía su Espíritu Santo que nos transforma en ofrenda permanente. Y todo ello se alimenta en la Eucaristía.

Y la Eucaristía es sacramento en forma de comida y bebida, invitándonos a comer el Cuerpo del Señor y a beber su sangre redentora. “Tomad, comed todos de él… Tomad, bebed todos de él”. Compartir la misma comida nos une en un mismo Cuerpo, eso es la comunión. La comunión tiene su fuente permanente en la Eucaristía. Es en este sacramento donde se fragua el amor cristiano, que se desborda en la caridad hacia los hermanos. Comulgar con Cristo nos lleva a comulgar con los hermanos, nos lleva a entregar nuestra vida en favor de los demás, como ha hecho Jesucristo.

CORPUS CHRISTI