En un acto íntimo, cargado de emociones y espiritualidad, el Hermano Mayor de nuestra Hermandad cumplió el ancestral rito de «echar» la Túnica a la venerada Imagen de Jesús Nazareno y limpiar su rostro y manos. Antes, las Hermanas Gloria y Carmen y la Camarera del Señor, María Jesús Sánchez Luna, le habían cambiado la túnica que lucía desde el Adviento así como las prendas interiores.
El rezo del Padre Nuestro, con todos los presentes unidos a las manos de Jesús, y la oración espontánea para agradecerle o pedirle por las necesidades de todos, cerró este acto que, sin duda, quedará grabado con huella imborrable en la memoria del Hermano Mayor y su familia.
Una vez finalizado, la Junta de Gobierno permaneció en la capilla preparando el Altar de Cultos para el Solemne Triduo que se inició ayer, altar en el que podemos ver la nueva peana del paso del Señor que se estrenará el Martes Santo.