Con la iglesia prácticamente llena, la feligresía de Santa Catalina despedimos a su, hasta ahora, vicario parroquial, D. José Natalino Rendo Abril quien, como ya hemos informado, se traslada a Santaella para hacerse cargo de su parroquia y de la de La Guijarrosa. Don Natalino, como lo conocemos todos, deja entre nosotros una huella de amabilidad, servicio, generosidad, entrega, profunda fe, sencillez, humildad que va a ser difícil que olvidemos.

Para nuestra Hermandad y para la Santa Casa siempre ha estado disponible con una sonrisa, con una palabra de gratitud y, sobre todo, como un ejemplo de buen cura. Así se lo quisimos mostrar, en nombre de toda la Hermandad, una representación de la Junta de Gobierno, acompañada por varios Hermanos de Jesús, asistiendo a la Eucaristía y al final de la misma cuando, en la sacristía, le hicimos entrega de una reproducción a escala de la Imagen de Jesús Nazareno con el escudo de la Hermandad y de una carta agradeciéndole las atenciones que ha tenido con nosotros.

En la acción de gracias. D. Natalino se dirigió a todos los presentes para agradecer el tiempo que ha pasado en Pozoblanco, al que calificó de «tierra de gracia divina», la acogida que le habíamos dispensado todos a él y a su madre, momento en el que no pudo reprimir unas lágrimas de emoción y que nos puso a todos un nudo en la garganta.

Desde aquí pedimos a Jesús Nazareno que le ayude y le guíe en su nueva misión pastoral. Y, atendiendo a su petición, rezaremos por él como estamos seguros que él rezará por todos nosotros. ¡Muchas gracias, D. Natalino!