En una estupenda mañana.

El de ayer fue un día entrañable para nuestra Hermandad. Aunque con limitaciones, por fin pudimos entrar casi toda la Junta de Gobierno en la residencia de Jesús Nazareno para acompañar a los Reyes Magos, entregar los regalos que habíamos preparado para los ancianos y, sobre todo, verlos, saludarlos, hablar con ellos y darles un ratito de compañía.

Y, desde luego, que la satisfacción fue grande y mutua pues, si sus sonrisas de agradecimiento y sus muestras de cariño nos llegaron al alma, no fue menor la alegría de cuantos estuvimos allí por recuperar, al menos en parte, esta actividad que tanto nos llena y que ayer nos sirvió para echar un poco de combustible a nuestros corazones para ir gastando hasta que llegue ese momento anhelado de que se acaben las restricciones y podamos recobrar la normalidad de las actividades que hacemos con nuestros mayores.

Por un viaje ineludible, el nuevo presidente de la Hermandad, Rafael M. Sánchez Luna, no pudo estar presente así que fue Ángel María López Castilla, presidente saliente, el que hizo de maestro de ceremonias saludando a todos los presentes y dando la bienvenida a los Reyes Magos quienes, por su parte, nos dejaron mensajes de esperanza y deseos de salud para todos.

No faltaron los regalos para las Hermanas Hospitalarias y un pequeño detalle para los trabajadores de la Santa Casa, recibidos naturalmente con gratitud, ni el canto de villancicos tradicionales. Nuestro deseo, por supuesto, es que la próxima Navidad, esta fiesta se pueda celebrar en plenitud; eso significará que la pandemia y sus restricciones se han acabado definitivamente. ¡Dios lo quiera!

Les dejamos aquí un amplio reportaje gráfico de este acto.