A las 8 de la tarde, minuto más, minuto menos, nuestra patrona, la Santísima Virgen de Luna, entraba majestuosa en la parroquia de Santa Catalina culminando, así, un magnífico día de romería. Serán algo menos de cuatro meses los que la Virgen permanecerá físicamente entre nosotros porque mental y espiritualmente está todo el año en el corazón de los que la amamos.

Desde este blog, que es de una hermandad, nos congratulamos de que, una vez más, costaleros de muchas de las cofradías locales, entre los que no ha faltado alguno de nuestra cuadrilla, hayan portado a la Madre en su camino a Pozoblanco con la devoción que siempre le manifiestan. ¡Bienvenida seas, Virgen de Luna!