La Romería de la Virgen de Luna vuelve a su normalidad.

¡Ya está en Pozoblanco! ¡Ya ha vuelto! ¡La Virgen de Luna está entre nosotros! Y ha venido como siempre lo ha hecho: en un día de romería espléndido, multitudinario, de reencuentro con la Madre y con la tradición. Sin restricciones, a su hora, en sus andas, con su pueblo que la esperaba anhelante después de estos dos años en los que nada ha sido como queríamos. Con muchas emociones a flor de piel, muchas lágrimas por los que se fueron en este tiempo, también lágrimas de alegría por volverla a tener cerca. Y, sobre todo, mucha, muchísima alegría por recuperar lo nuestro; muchas, muchísimas sonrisas iluminando los rostros de los que nos dimos cita en el Santuario, la seguimos en el camino o la esperamos en su entrada triunfal a Pozoblanco.

Tambor, salvas, niños con sus hornazos; familias reunidas, amigos del brazo, la bandera revoloteando y el olor a pólvora que todo lo va inundando. Hermanos de levita negra y corazón blanco; blanco como la luz que la Virgen va irradiando, blanco de pureza, de puro blanco. Camino, tradición, devoción inquebrantable; amor sin igual el que se siente por una Madre. ¿Y Ella? Ella sonríe contenta; nos acoge bajo su manto, nos abraza con amoroso abrazo, nos arrulla en su regazo. Nos regala su Amor y a su Hijo amado. ¿Puede haber mejor regalo?

Romería Virgen de Luna Pozoblanco 2022