Como una madre que está siempre al lado de su hijo, como siempre estuvo María al lado de Jesús en las Bodas de Caná, en el camino del Calvario, junto a la Cruz o en el Sepulcro, ayer la Madre de Luna visitó a su Hijo Jesús Nazareno en su capilla del Santo Hospital para despedirse de Él y de los que allí habitan momentos antes de partir hacia el Santuario de la Jara.
Y, cono hace muchos años, allí estaba nuestra Hermandad esperándola para recibirla con honores acompañada por las Hermanas Hospitalarias, cuya Superiora le dedicó una oración, algunos de los ancianos residentes que le ofrecieron un ramo de flores, una representación de la Cofradía de Soldados Romanos y Penitentes y muchos devotos que no quisieron perderse esta visita.
Desde allí, la Virgen de Luna emprendió el camino para su ermita desde donde hoy ha partido hacia Villanueva de Córdoba donde permanecerá hasta el mes de octubre. Y aquí nos quedamos esperando su regreso, ausente físicamente pero siempre presente en el corazón de los pozoalbenses.