A pocos minutos de la una de la madrugada, la Bendita Imagen de la Virgen de Luna llegaba a la parroquia de Santa Catalina para cumplir la tradición centenaria aunque, lógicamente, este año, sin romería y de una manera íntima. Llegaba en coche y por carretera acompañada por los Hermanos encargados de su traslado. Ya a las siete de la mañana repicaban las campanas de la parroquia para anunciar que la Madre y Patrona había regresado a Pozoblanco. Y a la una de la tarde la Cofradía y autoridades asistían a la Eucaristía en la que se le imponían las llaves de los Sagrarios y el bastón de Alcaldesa Perpetua. También juraba bandera un nuevo cofrade, recibían sus condecoraciones sendos hermanos por 50 y 25 años de servicio y otro más por jubilación.

No cabe duda de que el día de hoy y la fiesta local de mañana van a pasar a la historia por la ausencia de las celebraciones tradicionales que nos congregan a los pozoalbenses en torno a nuestra Patrona pero de lo que también estamos seguros es de que la alegría que sentimos por tenerla entre nosotros es la misma y de que la devoción que le profesamos se mantiene intacta y firme en nuestros corazones con o sin romería y esté en Pozoblanco, en su santuario o en Villanueva. ¡Viva la Virgen de Luna!