Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos.

El ángel dijo a las mujeres: «No temáis, ya sé que buscáis a Jesús, el Crucificado. No está aquí, ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el lugar donde estaba e id aprisa a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis’. Mirad, os lo he anunciado».
Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alegraos». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de Él. Y Jesús les dijo: «No temáis; avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán».

Mateo 28 1-10

¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!

En medio de la cuaresma que dejamos atrás, la pandemia que padece el mundo nos ha sumido en una larga travesía por el desierto del duelo ante la pérdida de miles de vidas y la incertidumbre en las economías familiares y nacionales. Desde el confinamiento, hemos tenido la sensación de estar en medio de una noche larga, en medio de una primavera imparable. La luz de los colores del cielo, el trino de los pájaros, el silencio y la eclosión de la naturaleza nos estaban hablando de lo que volvía a renacer. Tras semanas de resistencia y de asistir al heroísmo diario, al sacrificio de tanta gente arriesgando la vida por sus semejantes, estamos en la noche “clara como el día”, la noche que da sentido y aclara el horizonte de nuestro futuro ahora y en la eternidad. La Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo nos salvará de todo mal. ¡Jesús ha resucitado!