¡Por fin llegó nuestro día! Un nuevo Martes Santo amanece para que nosotros, Hermanos de Jesús, demos público testimonio de nuestra devoción a Jesús Nazareno reviviendo ese sentimiento que naciera hace más de cuatro siglos.

Martes Santo en el que Nuestro Padre Jesús recorrerá las calles rodeado de morados nazarenos entre el silencio expectante de los que esperan para verlo. Delante irá su Madre mostrándonos su sereno dolor porque su Hijo ha de morir para cumplir los designios del Padre eterno.

Martes Santo de dolor, de devoción y de sentimientos arraigados con pasión en el corazón de las gentes de nuestro pueblo.