En estas fechas navideñas en las que la solidaridad parece manifestarse más a menudo y, hoy precisamente, día de los Reyes Magos, en el que casi todos nosotros hemos recibido gran cantidad de regalos, les vamos a contar la historia de un regalo que llegó hace unos meses a un lugar donde prácticamente el único que tienen es el de sobrevivir a las penurias del día a día. Les vamos a contar la historia de una máquina de coser.

Máquina de coser1Todos los que siguen este blog y los que estamos cercanos a las Casas de Jesús Nazareno y a la Congregación de Hermanas Hospitalarias sabemos que en el pasado mes de abril fue beatificado el Padre Cristóbal de Santa Catalina. Pues bien, con motivo de ese fausto acontecimiento, hubo unos cursos de formación destinados a las Hermanas que están repartidas por todo el mundo y a las personas que formaban parte de las distintas comisiones organizadoras de la beatificación, en las que participaron activamente algunos miembros de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad.

A esos cursos asistió la Hermana Monique, responsable de la Casa que la Congregación tiene en Haití y nativa de dicho país. En esa Casa atienden a chicas a las que forman en distintos ámbitos, entre ellos las querían enseñar a coser con vistas incluso a un futuro profesional. Pero hete aquí que les hacía falta lo importante: la máquina de coser. La Hermana Monique le hizo saber tal circunstancia a nuestra presidente y ésta le contestó que no sabía cómo pero que se la haríamos llegar.

En efecto, de regreso a Pozoblanco, Mari Carmen lo comentó a la Hermana Gloria y a la Junta de Gobierno y estuvimos de acuerdo en que era preferible recoger dinero y enviárselo a Haití para que compraran la máquina allí a mandarla sin tener garantías de que llegara en buenas condiciones. Puestos manos a la obra, muchos Hermanos de Jesús, personal del Santo Hospital, voluntarios y personas cercanas a la Casa de Jesús Nazareno fueron aportando sus donativos que la Hermana Gloria hizo llegar directamente a la Regional de Haití. María Carmen Dueñas, que por esos meses regentaba una tienda de telas, nos regaló también un amplio surtido de ellas que se enviaron en su momento.

Hace unos días recibíamos vía correo electrónico unas fotografías de la máquina de coser y de una de las chicas que están aprendiendo a utilizarla, fotos que ilustran esta noticia. Una vez más, la generosidad y la solidaridad de los Hermanos de Jesús y de todo Pozoblanco han hecho posible una buena obra allí donde tantas y tantas necesidades se están pasando. Desde aquí agradecemos a todos esa generosidad.

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