… El voluntario trabaja gratis, no gana nada. Yo no quiero negarlo, pero el voluntario gana muchísimo. Gana el placer de ser útil, la sonrisa de un anciano o de un enfermo, el abrazo de un niño sin padres, la amistad de un paralítico y el afecto y la amistad de un preso […]  El voluntario no ha pintado un cuadro, no ha hecho una escultura, no ha creado una música, no ha escrito un poema, pero ha hecho una obra de arte con sus horas libres. (Gloria Fuertes)

Bárbara Jiménez, ayer, en el Grupo de Lectura del Santo Hospital, con los Ancianos de Jesús Nazareno, realizó su particular y personal «obra de arte» en la Santa Casa:  Un cuento contado y cantado en-can-ta-do-ra-men-te  hizo la tarde deliciosa. Ellos en un gesto sencillo, nacido también de su buena voluntad, se lo agradecieron así, con este Diploma: