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<<El día 4 de Marzo de 1989 fue bendecida esta Casa-Hospital de Jesús Nazareno por Monseñor J. Antonio Infantes Florido, Obispo de Córdoba. Este «Hospital» fundado por el hermano Diego de la Cruz en 1683, según el modelo de hospitalidad del V.P. Cristóbal de Santa Catalina, fue reconstruido en 1988 por la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, con la notable colaboración del pueblo de Pozoblanco>>.

Así reza la placa conmemorativa colocada en la pared lateral de la entrada al Santo Hospital. En la frontal reza la histórica leyenda <<MI PROVIDENCIA Y TU FE TENDRÁN ESTA CASA EN PIE>>. Lema que no en balde adoptamos, humildemente, como encabezamiento y motivación de este Grupo de Lectura del Santo Hospital, donde nos reunimos cada miércoles con los Ancianos de Jesús Nazareno, con el consentimiento de la Comunidad de Hermanas Hospitalarias.

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Veinte años son casi nada en los más de trescientos de vida religiosa y caritativa de la Congregación de Hermanas Hospitalarias en Pozoblanco: una trayectoria encomiable, ejemplar y digna de admiración entre nosotros.

Madre Iluminada Maldonado, hoy Superiora de la Casa, ha aceptado gustosamente, también, la sugerencia ofrecida de hablarnos de esta efeméride trascendental para la vida social pozoalbense. Y nos ha contado la historia apoyándose en el Libro Conmemorativo editado el 4 de Marzo de 1989 con ocasión de la citada Reforma y Ampliación del Hospital de Jesús Nazareno de Pozoblanco.

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Enseguida surgieron entre los presentes: Ancianos, familiares, personas habituales que acuden los miércoles a la reunión, algunos cofrades de la Hermandad, y Hermanas Hospitalarias de la Comunidad, los recuerdos, las anécdotas e, incluso, los datos rigurosos que la historia guarda.

Leyó, finalmente, Madre Iluminada, las líneas que el libro encierra en su página 14, escritas en su día por Felipe Sánchez Urbano (q.e.p.d.), Presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno: << […] Quiero hacer un llamamiento a todos los Hermanos para que sintamos la responsabilidad de estar muy atentos a las necesidades del Santo Hospital colaborando con las Hermanas Hospitalarias para hacer la vida más agradable y feliz a los Hermanos Residentes y junto a ello, y sobre todo, propagar con nuestro ejemplo y trabajo la devoción a Nuestro Padre Jesús>>.

Así lo deseamos. Y así, emocionados, nos recogimos alegrándonos de evocar este vigésimo aniversario.