La Parroquia de Santa Catalina celebró su onomástica. El santoral señalaba, también, las onomásticas de Moisés presbítero; y Pedro y Águeda Yi, mártires.

El Grupo de Lectura del Santo Hospital sigue su curso fielmente. Sin prisa, pero sin pausa, nos reunimos los miércoles de cada semana, deseosos de encontrarnos.

Juan Antonio García Redondo quiso acompañarnos otra vez, como lo hiciera ya el año pasado. Traía entre las manos un libro de Manuel Moreno Valero titulado «Iglesia Parroquial de Santa Catalina», del que nos leyó algunos aspectos históricos del <<edificio más importante que existe en nuestra localidad, no sólo en el sentido teológico sino también en el ámbito arquitectónico, ya que es el más antiguo que se conserva, aunque modificado a lo largo de los siglos>>.

Los comentarios al respecto son inevitables y necesarios pues cada una de las personas que estamos reunidas aquí, en esta tarde, tiene una vivencia que compartir. Todas tenemos anécdotas que contar, y las contamos disfrutando de la Historia, y de «las historias personales» pasándose el tiempo apenas imperceptible… Y nosotros tan a gusto.

Esta tarde hemos aprendido, también, una expresión, una especie de oración que Juan Antonio nos ha recitado: oración que el creyente reza al levantarse de la cama cada mañana: «En nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno pongo los pies en el suelo».

Un proverbio, aprendido hace tiempo, del que no recuerdo ahora la procedencia, hacía honor a la calidez de las conversaciones en la tarde otoñal: <<Tenemos solamente la felicidad que hemos dado>>.

Gracias.

Grupo 25-11