Después de la inauguración del curso 2008-2009 del Grupo de Lectura, se han celebrado dos sesiones en este mes. La última ayer miércoles, día 29 de Octubre.
El miércoles, día 22, llenó el salón de la Santa Casa la poesía entrañable de Trinidad Rojas, quien ha vuelto a acompañar a los Ancianos una vez más con la alegría de su sonrisa y la luz de sus versos, que tanto gustaron la primera vez que nos visitó, y que esta vez nos han sabido a miel en los labios. Y queremos agradecerle, como ya lo hicieron los Ancianos, su disposición y su entrega, su alegría y sus versos generosos.
Ayer, día 29, las costumbres y recuerdos de nuestra tierra estuvieron presentes en nuestra animada reunión, a la que se ha unido María Luisa Moreno, llevándonos un libro antiguo donde su anciano padre leía relatos.
Al celebrarse el sábado, día 1 de Noviembre, la fiesta de Todos los Santos, María del Carmen Fernández leyó un texto conmemorativo de la gratitud que debemos a todos los seres que nos precedieron, especialmente a nuestros seres queridos, por las enseñanzas que de ellos recibimos y recordarlos es una exigencia de lealtad con nosotros mismos.
Y, para celebrar la Fiesta de Todos los Santos, nos tomamos unos pastelitos y saboreamos unos caramelos antes de despedirnos hasta el miércoles próximo. Tienen Ustedes las puertas abiertas.
ORACIÓN: LA VIRGEN PURA.
Allí va la Virgen Pura,
soga nueva del quebranto,
que a su hijo el precioso,
lo estaban crucificando.
¿No habéis visto ustedes por aquí,
al hijo de mis entrañas??
Por aquí paso señora, antes que el gallo cantara,
una cruz lleva en sus hombros, de madera muy pesada?
La madera como es nueva, a cada paso arrodillaba,
paños de lino le piden, para el sudor de su cara,
si no lo queréis creer revolver atrás la cara?
La Virgen la revolvió, cayó al suelo desmayada,
San Juan que era su padrino, fue enseguida a levantarla.
Levanta señora tía, levanta señora hermana,
que en el calvario sangriento cuatro Marías le cantan?
Una la Virgen Pura, otra Marta, su hermana,
y otra la Magdalena, la que más pena le daba.
A la una, a la dos, a la tres ya se rematan,
dan por el hijo de Dios, treinta monedas de plata.
Quien la sepa y no la diga, quien la oiga y no la aprenda,
para el día de juicio, se atenga lo que le venga.
TRADICIÓN ORAL MIGUEL MORENO GARCIA
Como me gustaría poder compartir estos momentos de lectura, diálogo y experiencias. Disfrutadlo vosotros que podéis y ánimo para continuar con esta labor.