«Martes era, que no lunes, / martes de Carnestolendas, / víspera de la Ceniza, / primer día de Cuaresma. / Ved qué martes y qué miércoles, / qué vísperas y qué fiesta; / el martes lleno de risa, / el miércoles de tristeza«. (Gaspar Lucas Hidalgo, autor de los «Diálogos de apacible entretenimiento»).

carnaval4.jpg

Los escritores clásicos del Siglo de Oro usan con más frecuencia voces como <<Carnestolendas>> o <<Antruejo>>. Covarrubias ya recogía en 1611 la voz <<carnaval>>, y aun daba una etimología de ella partiendo directamente del latín. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, uno de los más agudos poetas que ha tenido Europa, empleó la voz <<Carnal>> en el famosísimo Libro de Buen Amor: pintándonos con vivos colores la lucha de don Carnal con doña Cuaresma, de suerte que en aquella pintura espléndida podemos encontrar una primera, una básica interpretación del hecho o de los hechos carnavalescos…

Nuestro Carnaval es un hijo, aunque sea un hijo pródigo, del Cristianismo; mejor dicho, sin la idea de la Cuaresma (<<Quadragesima>>), no existiría en la forma concreta en que ha existido desde fechas oscuras de la Edad Media europea. Entonces se fijaron sus caracteres.

carnaval1.jpg carnaval2.jpg carnaval3.jpg

Autores hay que lo han tomado como trasfondo para comedias o dramas. Las máscaras de la primera escena del Tenorio, de don José Zorrilla, nos introducen en un mundo popular lleno de misterio…

Carnestolendas, Antruejo, Carnal, Carnaval, máscaras, mundo popular lleno de misterio… Llamémoslo según queramos, anticipándonos a <<Un miércoles de ceniza, / vestido de humanidad, / a cuya mesa ayunaron / los martes de Carnaval>> (Góngora).

Sea como fuere, ayer dibujamos risas en este tiempo de apacible entretenimiento. Todos juntos. Nuestro agradecimiento cordial a Amelia, Felisa, Manolo, María Luisa, Trini, Vivi: por vuestra generosidad y buen humor.

carnaval5.jpg carnaval7.jpg carnaval6.jpg