Decíamos en el titular de la entrada anterior: «SEGUIMOS ADELANTE EN EL SANTO HOSPITAL… SABOREANDO LA BEATIFICACIÓN DEL PADRE CRISTÓBAL DE SANTA CATALINA.
Efectivamente, ayer por la tarde la Hermana Gloria, Mari Carmen Fernández, Marce García, esposa del Hermano Mayor de nuestra Hermandad, Amelia y Paquita, fueron las encargadas de transmitir a los Ancianos del Santo Hospital todas las emociones, sensaciones, y cordiales y extraodinarias experiencias vividas en el magnífico e histórico acontecimiento de la citada Beatificación, como testigos presenciales de la misma.
Así, el Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina, capellán de la Hermandad de Jesús Nazareno de Córdoba, que potenció la labor asistencial de su Hospital, pocos años antes de fundar el de Pozoblanco a través del Hermano Diego de la Cruz, se hizo presente de otra manera distinta a la de todos los días entre sus favoritos: los Ancianos, los sencillos, los necesitados, y siempre de la mano de su hermandad y bajo la protección de Jesús Nazareno; siendo sus Hermanas Hospitalarias las auténticas portadoras sin interrupción del testigo fundacional.
A Dios gracias, todos los que vivimos su fe alrededor de lo que lleva el nombre de Jesús Nazareno, podemos por fin, 323 años después de su muerte, llamarlo e invocarlo «Beato Cristóbal de Santa Catalina».