AHORA MISMO EMPIEZO A ESCRIBIR. Me acompañan los sonidos del silencio de la medianoche dibujados en la partitura mozartiana que suena, sola, única, irrepetible, en la noche sin luna. Hace frío afuera pero no llueve. Ni nieva. ¡Qué invierno, frío, lluvioso y largo como ninguno de los vividos en estos años pasados!
Igual que un pájaro salta desde una rama, de ese modo surgió en el aire limpio de la tarde la palabra, la palabra CORAZÓN, pronunciada por Carmen Navarro Lostal, cardióloga del Hospital Comarcal «Valle de Los Pedroches».
<<Palabra sobre palabra. La palabra fue dicha para siempre. Para todos, también. Yo la recojo, la elijo entre otras muchas, la empaño con mi aliento y la lanzo, pájaro o piedra, de nuevo al aire, al sol…>>
Hemos aprendido con Carmen. Hemos comprendido que hemos vivido un año más. ¡Hemos movido el corazón todos los días casi cien veces por minuto! Y queremos vivir un año más siguiendo tus prácticos y amigables consejos de doctora y amiga. Y te los agradecemos DE CORAZÓN. Los Ancianos del Santo Hospital son personas cariñosas y agradecidas, ya los has visto. Saben que «sólo se ve bien con el corazón»; «que lo esencial es invisible para los ojos»; «que la boca del sabio está en el corazón». Y tú, Carmen, del corazón lo sabes todo.
Éramos todos los que estábamos. Estábamos todos los que somos: personas de corazón. Gracias Ángel, Inmaculada y Raúl, por estar con nosotros esta tarde acompañándonos. Ya sabéis dónde estamos.
Gracias a ti también, Ana, Hermana Mayor de la Hermandad de Jesús Nazareno, por compartir, emocionada, también, la oración en la Capilla, al despedirnos.
«Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando». Rabindranath Tagore