En la noche de ayer, Dolores Castro Molina fue elegida nueva Hermana Mayor de nuestra Hermandad mediante el ancestral rito del «sorteo» entre los Hermanos de Jesús que, voluntariamente, presentan su solicitud para optar a este cargo de honor. Se cumplió, así, una tradición que tiene sus antecedentes en los orígenes de la Hermandad cuando, en Cabildo de Hermanos, el interesado en desempeñar el puesto de Hermano Mayor se ofrecía para el mismo y era ratificado por los presentes, como así consta en las actas de dichos cabildos que se recogen en el «Libro de Pellejo».
A las ocho y media de la noche daba comienzo la Eucaristía presidida por nuestro Consiliario, D. José María González Ruiz, y aplicada muy especialmente en sufragio por el eterno descanso de los hermanos fallecidos desde el cabildo anterior. Nada más concluir la Santa Misa se constituyó la mesa presidencial en la que se sentaban la Superiora de la Comunidad de Hermanas Hospitalarias, Hna. Ana Torralbo, el Consiliario, el Presidente de la Hermandad, Ángel María López Castilla, y la Secretaria, Rafaela Redondo Fernández.
Tomaba la palabra el Presidente quien agradeció a los reunidos, algo más de sesenta, su asistencia y al Hermano Mayor saliente el trabajo realizado para con la Santa Casa, la Hermandad y el fomento de la devoción a Jesús Nazareno durante su año de ejercicio. A continuación, daba paso a la Secretaria para la lectura del acta del Cabildo anterior, siendo aprobada por unanimidad, y del ritual, atributos, derechos y obligaciones del Hermano Mayor. Acto seguido, se procedía al sorteo según el ceremonial tradicional.
La Secretaria introdujo en el «jarro» una papeleta con el nombre de JESÚS y tantas como hermanos habían solicitado participar en el sorteo. La Hna. Ana, después de mezclarlas, extrajo en primer lugar la que llevaba escrito el nombre de JESÚS y, a continuación, la número 455; por tanto, como dicta la norma, el hermano inscrito con dicho número sería el nuevo Hermano Mayor. Consultado el censo, se hacía público el nombre de Dolores Castro Molina como la persona elegida para desempeñar este puesto hasta noviembre de 2017.
Los aplausos de los presentes interrumpieron el silencio nervioso de la espera por conocer quién sería el Hermano Mayor y una emocionada Dolores, quien figuraba entre los asistentes al Cabildo, se dirigía a todos agradeciendo a Jesús Nazareno el regalo que acababa de hacerle y reconociendo que después de tantas veces y tantas cosas que ella le había pedido a Nuestro Padre Jesús ahora era Él quien le pedía a ella que se pusiera a «servirle» desde este puesto. Tuvo también un emotivo recuerdo para sus padres de quienes dijo ser los que le habían transmitido la profunda devoción a Jesús Nazareno que ahora le había llevado a ser la Hermana Mayor de su Hermandad.
Tras sus palabras, el Presidente le entregaba las papeletas como recuerdo, le daba las gracias por haber tenido la generosidad de presentar su solicitud y le deseaba que viviera un año pleno sentimientos imborrables. Juan Fabios Rubio, Hermano Mayor saliente, le traspasaba la medalla distintiva del cargo y le aseguraba que esta experiencia es inolvidable, deseándole también lo mejor para su año de ejercicio. A su vez, Juan Fabios recibía de manos del Presidente una medalla y un pergamino como muestra de gratitud y recuerdo de su cargo.
El Cabildo concluyó con las palabras agradecidas de la Hna. Ana dedicadas tanto a Juan como a Dolores y a la Hermandad y nos exhortó a que siguiéramos profundizando en la devoción a Jesús Nazareno y en la labor que realizamos para con la Santa Casa y los ancianos que en ella residen. Finalmente, el Presidente despidió el acto antes de que nuestro Consiliario hiciera una oración final en memoria de todos los hermanos difuntos y poniendo las intenciones de cada uno ante Nuestro Padre Jesús. Después de los parabienes y las fotos de rigor, nos trasladamos a la Casa de Hermandad donde disfrutamos de un rato de animada tertulia. Aquí les dejamos un amplio reportaje fotográfico.