El pasado día 27 nos dimos cita en la Capilla del Santo Hospital para honrar la memoria de los Hermanos de Jesús fallecidos, especialmente la de los que nos dejaron en los últimos doce meses, y rezar por el eterno descanso de sus almas. Cumplíamos, así, el Viernes de Jesús Nazareno previo al inicio del Adviento que, sin duda, nos dejará para el recuerdo el hecho de que no se celebrara el sorteo de Hermano Mayor, como habría sido de obligado cumplimiento y como habría sido de desear de no mediar las tristes circunstancias sobrevenidas con el fallecimiento, a primeros de julio, del Hermano Mayor en ejercicio, Miguel García de Consuegra Ranchal.
No se nos va el nudo de la garganta ni la tristeza de nuestros corazones y, cada vez que Jesús nos da la oportunidad de reunirnos en su presencia, esos sentimientos de pesar se ponen de manifiesto en cada uno de nosotros. No obstante, seguimos poniéndonos en sus benditas manos agarrados por la fe y la devoción que le profesamos y le pedimos que nos siga dando fuerzas y salud para continuar adelante en el camino de la vida.