Prosiguen los cultos cuaresmales en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ayer, segundo día de Triduo, la Capilla del Santo Hospital se abría por la tarde para el Rezo del Santo Rosario y, a petición de D. Jesús María Delgado Vizcaíno, la adoración del Santísimo Sacramento. Unos minutos después de las ocho y media, la Capilla cerraba sus puertas y nos trasladábamos a Santa Catalina para la celebración del Ejercicio del Triduo y la Eucaristía.
D. Jesús María nos recordaba que el centro de nuestra vida cristiana tiene que ser el AMOR, el amor que Jesucristo nos regala hasta dar su vida por cada uno de nosotros, el amor que tenemos que poner en práctica a cada momento, el amor basado en la FE, fe que nos ayuda a creer, a amar y a saber que Jesucristo nació, vivió, murió y resucitó por AMOR a nosotros. También nos decía que cuando nos perdemos, cuando nos alejamos de ese amor, el Señor nos ofrece el sacramento de la confesión a través del cual no sólo perdona nuestros pecados sino que nos llena de alegría y de VIDA. Y terminaba con una frase del Papa Francisco: ¡«Él vive y nos quiere vivos»!
Si el primer día la liturgia estuvo animada por los cofrades más jóvenes, este segundo lo ha estado por otros más mayores, aunque igualmente jóvenes en espíritu, y por el Coro Parroquial de Santa Catalina que nos ha sorprendido con el canto del «Véante mis ojos», primera vez que lo oímos cantado con instrumentos en alguna celebración.
Hoy, tercer y último día de Triduo, es la Fiesta de Regla de la Hermandad. Comenzaremos en la Capilla a las 19’15 horas con el Ejercicio del Santo Vía Crucis y a las 21’00, ya en Santa Catalina, dará inicio la Solemne Eucaristía con la que concluirán estos cultos cuaresmales a Nuestro Padre Jesús. Él nos espera. No le fallemos.