Miércoles y Jueves Santo.

Con la alegría de haber podido hacer Estación de Penitencia, y después de haber dejado la Capilla en perfecto estado para la misa de la mañana, el Miércoles Santo lo dedicamos a retirar el exorno floral y a desmontar el paso procesional, trasladando la Bendita Imagen de Jesús del nuestro al de la Cofradía de Soldados Romanos. Ya por la noche, preparamos e instalamos el altar para la segunda estación del Vía Crucis y recibimos con bandera el cortejo de la Cofradía de la Caridad a su paso por nuestra sede.

Llegado el Jueves Santo, a las once de la mañana los Hermanos Costaleros se daban cita en la Casa de Hermandad para volver a vestir faja y costal y trasladar el paso desde la Capilla hasta la cochera donde esperará un nuevo Martes Santo. Un poco más tarde, aunque la Junta de Gobierno no pudo estar presente, el Hermano Mayor, su familia y nuestro presidente servían la comida a los ancianos del Santo Hospital recuperando, por tanto, esta entrañable actividad que la pandemia impidió los tres últimos años.

Por la tarde participábamos en los Santos Oficios y, ya entrada la noche, recibíamos con bandera en la puerta de la Capilla el cortejo de la Cofradía Salesiana del Cristo del Perdón y la Virgen de la Amargura cuyos dos pasos se giraban hacia el interior de la Capilla y dedicaban sendas levantás a nuestra Hermandad.

«Madrugá» con Jesús Nazareno.

Los Hermanos de Jesús, con el Hermano Mayor y el presidente de la Hermandad al frente, cumpliendo lo que mandan nuestras Constituciones y como hemos hecho desde nuestros orígenes, nos dábamos cita en la Capilla a las 05’30 horas de la madrugada para acompañar a Jesús Nazareno en el Prendimiento y la procesión del «Paso». Como dijimos el año pasado, en este tenemos que volver a lamentar que cada vez se nos aleje más del puesto que históricamente hemos ocupado. Sin embargo, allí estuvimos toda la Junta de Gobierno, la bandera de nuestra Hermandad y muchos hermanos con la cruz de madera que nos identifica, puntuales, una madrugada de Viernes Santo más, siguiendo los pasos de Nuestro Padre Jesús, como hemos hecho desde la primera vez que Jesús Nazareno salió a las calles de Pozoblanco y como seguiremos haciendo año tras año.

Santo Entierro.

Por la tarde, volvíamos a la Capilla para participar en los Santo Oficios y, desde allí, una representación formada por el Hermano Mayor y el presidente junto a un nutrido grupo de Hermanos de Jesús, y con la bandera de la Hermandad, marchábamos a la iglesia parroquial de Santa Catalina para tomar parte en el desfile procesional del Santo Entierro junto a las demás hermandades y cofradías de nuestro pueblo.

Sábado Santo y Domingo de Resurrección.

El Sábado Santo es día de limpiar, de recoger y de devolver todo a su lugar. Así lo hicimos desde primeras horas de la mañana cuando, gran parte de la Junta y esos Hermanos que siempre están cuando se les necesita, nos reunimos en la sede para llevar a cabo todas esas tareas. Ya sobre las dos de la tarde llegó el momento de trasladar la Venerada Imagen de Jesús Nazareno a su camarín una vez la camarera y sus ayudantes la habían cambiado de Túnica, lo que hicimos junto a una representación de la cofradía de Soldados Romanos con la que compartimos una oración final de acción de gracias. Por la noche, participamos en la Vigilia Pascual en nuestra parroquia celebrando la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Por último, el Domingo de Resurrección, una representación de la Hermandad con bandera recibimos en la puerta de nuestra sede al cortejo procesional de la Hermandad del Resucitado y la Virgen de Luna de vuelta a su templo, cerrando así la Semana Santa de Pozoblanco 2023. 

Agradecemos sus fotos a NH Rafael Sánchez Ruiz y a la Agrupación de Cofradías. Las demás son del archivo de la Hermandad.