Hoy es el día señalado. Hoy es el día que espera con anhelo cualquier Hermano Mayor de nuestra Hermandad. Hoy es el día en el que le «echará» la Túnica al Señor y le limpiará su bendito rostro y sus acogedoras manos. Hoy volverá a cumplirse la tradición y, de nuevo, se manifestará, en la intimidad de su Capilla, la infinita y arraigada devoción que profesamos a Jesús Nazareno.

Hoy se vivirá ese acto único, emotivo, impresionante, que acerca a quien lo presencia a la humanidad de Dios. Hoy, con Él y con los que asistan, estarán también todos nuestros antepasados que nos precedieron, nos enseñaron a querer a Jesús Nazareno y nos dejaron el tesoro de su amor.

Hoy pondremos en las manos de Jesús a todos los que necesiten algo de su infinita misericordia y le daremos gracias por todo cuanto nos concede día a día.